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La economía del País Vasco en la globalización

Si después de la primera guerra mundial la moneda principal era la libra inglesa, después de la segunda guerra mundial y, sobre todo, después de los acuerdos de Bretton Woods, el dólar fue la moneda principal a nivel mundial. En aquella época el dólar tenía que estar unido al oro. Es decir, los bancos centrales tenían que tener reservas de oro para proteger el dólar (papel). Esto es, la cantidad de dólares (papeles) estaba limitada.

En 1971, el presidente Nixon terminó con la unión al oro. Después de eso, el dólar es la mayor moneda del mundo, y no existe ningún límite para emitir dichos billetes. Posteriormente, como veremos, junto a ese papel se utiliza otro tipo de papel, y eso es lo que más hay ahora en los bancos centrales: los títulos y bonos del Tesoro Público de EE.UU. predominan ahora a nivel mundial.

La cuestión es que el capitalismo, la economía, ha cambiado bastante. En la actualidad estamos sumergidos en el imperialismo de las finanzas. Esta es la verdadera globalización, en la que hay un claro punto central: el Tesoro Público de EE.UU.

Si bien el camino1 para llegar a esta nueva situación ha sido sorprendente, el capitalismo financiero actual ha relegado al capitalismo industrial que conocíamos, y EE.UU., que es el país más endeudado del mundo, atrae los superávit de pagos de los países del mundo, consiguiendo así un terreno libre.2 El vehículo de este nuevo superimperialismo no son las empresas multinacionales privadas ni el capital financiero privado, sino los bancos centrales.3

Es más, las teorías antiguas no valen nada a la hora de analizar este nuevo fenómeno.4

Fotografía: Milena Mihaylova

Fotografía: Milena Mihaylova.
http://www.flickr.com/photos/minchki/2456765249/

Por otra parte, Euskal Herria en su totalidad se encuentra en el núcleo del euro. Por lo tanto, hay que analizar las tareas y el futuro del euro. Es cierto que hoy en día el euro se pide y se utiliza en todas partes. Pero en opinión del economista americano Michael Hudson, el euro no ha dado el paso necesario para ser una alternativa, porque todavía no es una verdadera moneda política como lo es el dólar. Más importante aún, en Europa no existe un verdadero deseo político de poner en marcha ese camino alternativo.5 Sólo EE.UU. ha mostrado su deseo de crear estructuras internacionales globales y de moldearlas a su antojo para satisfacer sus necesidades financieras, a medida que aparecían las necesidades producidas al pasar de ser híper-acreedor a hiper-deudor.

En la Unión Europea, el euro no se creó a partir de una base sólida de unión económica y fiscal previa, como por ejemplo una unión política federal firme. El camino ha sido al contrario. De hecho, los planificadores financieros del mundo propusieron otra opción con el permiso, la protección y la aprobación de diversos economistas. La Unión Europea (UE) se creó según un modelo thatcherista, de una manera pseudo-confederal entre estados ya en marcha y utilizando normas monetaristas. De hecho, que un gobierno europeo firme emitiera euros no les gustó nada a los geo-estrategas americanos.

La política económica europea está limitada por la estrechez financiera del anterior Tratado de Maastricht (y actual Acuerdo de Ámsterdam) para gestionar la deuda y el sistema fiscal de los estados. Así, el poder de los gobiernos de los estados está totalmente limitado. Esa ha sido la victoria de los monetaristas.

La independencia financiera de Europa está en peligro porque, así como los sistemas de crédito se basan en la deuda con el gobierno, el sistema global del dinero se basa en la deuda de un solo país, en la deuda del gobierno de EE.UU. Las reservas de los bancos centrales del mundo son títulos del Tesoro Público de EE.UU., es decir, préstamos concedidos al gobierno de EE.UU. Eso concede a EE.UU. la posibilidad de bajar los impuestos a sus ciudadanos, mientras obliga a los extranjeros a financiar los consiguientes déficits.

Hoy en día, bajo los títulos estándar del Tesoro Público de EE.UU., la gestión global financiera a nivel mundial está en manos de un gobierno nacional, en manos del gobierno de EE.UU.

Como ya hemos dicho, el euro cada vez se usa más a nivel mundial. Pero la cuestión es ver qué se hace con los euros que se solicitan al Banco Central de la UE, cómo y para qué se utilizan. El euro se pide en todas partes. El euro se utiliza en muchos lugares. Pero el problema no termina ahí. Hay que seguir el recorrido de esos euros para saber qué pasa, dónde terminan (por ejemplo, que el precio del petróleo esté en una moneda o en otra no es esencial). Esas monedas subirán o bajarán entre ellas dependiendo de las fuerzas del mercado, sobre todo de la especulación.

¿Dónde acaban esos euros? Como ya hemos dicho, el Banco Central Europeo (al igual que el resto de bancos centrales del mundo) tiene sus reservas en forma de títulos del Tesoro Público de EE.UU.

Para evitar ese destino es necesario que el Banco Central de la UE (o los bancos centrales europeos) tengan reservas: reservas que no sean títulos ni bonos del Tesoro Público de EE.UU. y que no estén invertidas en los títulos Special Drawing Rights del Fondo Monetario Internacional.

La UE podría seguir la dirección de EE.UU. sin ningún tipo de límite en cuanto al déficit de la balanza de pagos, en la cual otros países guardarían sus reservas internacionales de dinero.

La cuestión es que, en contra de esa política independiente, ha habido una dura condición para crear el Banco Central Europeo, una firme condición de los monetaristas, esto es, que la balanza de pagos tenga un déficit muy limitado (una dura condición que EE.UU. no cumple ni de lejos).

En palabras de Hudson (en e-mails), “Algunos de nosotros hemos defendido que no será necesario ofrecer una alternativa al dólar, ni políticamente viable, hasta que Europa y Asia no desarrollen un vehículo alternativo en el que no tengan activos nominados en dólares. En el caso del euro, los administradores del Acuerdo de Washington han bloqueado una alternativa así haciendo frente a los déficit presupuestarios europeos e impidiendo la formación de crédito del Tesoro Público, que lleva a una situación a favor de los americanos. (...) Hasta que no (cambien) los conceptos de dinero y crédito no veo que el dólar vaya a sufrir ninguna amenaza”.

Es más, “El punto de vista de EE.UU. es el siguiente: no quieren pagar nunca sus deudas a los bancos centrales extranjeros. Mi libro Global Fracture trata de algunas propuestas hechas en esa época [1978]. EE.UU. no tiene ningún deseo de facilitar que los países extranjeros puedan hacer nada con sus dólares. En lo que respecta a EE.UU., están consiguiendo vía libre”.

EE.UU. ha cambiado de arriba a abajo el sistema financiero internacional. La UE, para conseguir una independencia real, tiene que relegar al dólar y construir su propio sistema financiero. Pero, como bien es sabido, en los países de la UE predominan los bancos centrales y no los tesoros públicos. Los bancos centrales trabajan a favor de sus bancos mercantiles y sus sectores financieros, no a favor del interés nacional. Peor aún, como ya hemos dicho, el Banco Central Europeo ha reducido el déficit de los países europeos miembros. Esto quiere decir que la UE no tiene una deuda suficiente como para utilizarla como medio en las reservas extranjeras. EE.UU., en cambio, soporta tanto déficit presupuestario como déficit de la balanza de pagos, haciendo del dólar la moneda internacional de facto (además, el dólar es una moneda militarmente sostenida, es decir, con apoyo político. Está claro: la economía es cuestión de poder).

Como dice Hudson (e-mail), “el euro todavía no es una moneda verdaderamente política al mismo nivel que el dólar”. Y esa es la clave de su futuro. De hecho, en EE.UU. lo principal es el Tesoro Público, el que gobierna; en la UE, en cambio, lo principal es el Banco Central.

En contra de los mensajes de los monetaristas, la UE necesita un déficit de la balanza de pagos para que los demás países guarden sus reservas de moneda internacional en ese déficit.

¿El futuro del euro? Convertirse en una moneda verdaderamente política. Mientras tanto nada, es decir, EE.UU. será más importante. Hudson propone una ruptura global en contra de la globalización.6

Y mirando hacia dentro, ¿qué se puede decir7 sobre la economía del País Vasco?8

El País Vasco es pequeño, con pocos recursos naturales, sin petróleo y, por lo tanto, una economía muy abierta. Pero el tesoro que tenemos es la fuerza de trabajo. La fuerza de trabajo es un término amplio, empezando por los trabajadores, agricultores, pescadores y acabando con los empresarios de las pequeñas y medianas empresas. Ese es nuestro tesoro. Eso es lo que tenemos que cuidar.

Como ha mostrado Hudson, el capitalismo financiero saca provecho tanto de la fuerza de trabajo como del capital industrial.9

Por otra parte, la economía nacional también ha cambiado, el sector principal es el FIRE, y ese sector especulativo lo condiciona todo (he aquí unas pistas para investigar sobre ese cambio, aunque sea de forma superficial).10

Por lo tanto hay que proteger los dos sectores importantes del País Vasco, es decir, la fuerza de trabajo y el capital industrial. Tenemos que cuidar y proteger ambos, garantizando la seguridad social,11 impulsando los impuestos progresivos12 y poniendo trabas e impuestos a los explotadores. Hay que alargar los créditos a la economía verdaderamente industrial. La economía del crédito13 es la clave: inversión directa y tratados estratégicos entre los nuevos empresarios y los trabajadores. Hay que proponer un acuerdo o tratado estratégico14 entre ellos.15

1Ver Berria.info, Errealitatea eta fikzioa.

2Ver Unibertsitatea.net, Finantza inperialismo berria.

3Ver Unibertsitatea.net, Superinperialismoa eta finantza ingeniaritza.

4Ver Unibertsitatea.net, Marx hasiberrientzat.
Ver Unibertsitatea.net, Ustiaketa berria.
Ver Unibertsitatea.net, Teoria zaharrak eta zorpetzea.
Ver Unibertsitatea.net, Quid pro quo. Kontabilitate arazoak.
Ver Unibertsitatea.net, Ekonomia-zientzia eta «balitz bezalako» airezko metodologia.

5Ver Unibertsitatea.net, Euroaren etorkizuna: Altxor Publikoak eta Banku Zentralak.
Ver Unibertsitatea.net, Azken buruko mailegu-emailea: inozoentzako azken iruzurra.

6Ver Unibertsitatea.net, Nazioarteko Ordena Ekonomiko (NOE) berrirantz.
Ver Unibertsitatea.net, Haustura globala.

7 Ver Unibertsitatea.net, Puntu berriak bertsolaritza berrirako. En una eventual Euskal Herria independiente, el Banco Central Vasco (BC) emitiría euros, tal y como hace el BC francés, español o alemán (por supuesto, como es posible, digo en una “eventual” y no en una “hipotética”). Ver en Berria.info Euskal Banku Zentralari buruz. Pero, ¿es suficiente con tener un BC vasco para tener una economía independiente?

8Ver Unibertsitatea.net, Separatista? Bai, noski!.

9Ver Unibertsitatea.net, Finantza-kapitalismoa versus kapitalismo industriala.

10 Sobre el sector FIRE y la burbuja económica, ver las siguientes obras por ejemplo: Fire: sua ote? (1).
Fire: sua ote? (2) Inflazioa, langabezia eta FIRE delakoa.
Sua: fire ote? (3) Burbuila finantzarioak.
Burbuila ekonomiko desberdinak.

11Ver Unibertsitatea.net, Segurtasun sozialaren pribatizazioa? Ez, mila esker!.

12Ver Unibertsitatea.net, Politika fiskal berrirako sarrera.
Ver Unibertsitatea.net, Politika fiskal egoki baterantz.

13Ver Unibertsitatea.net, Diru beroa, diru beltza.
Ver Unibertsitatea.net, Hipotekak: morrontzarako bide zuzenak.
Ver Unibertsitatea.net, Morrontza ekonomikorako bide (zuzen) berriak.
Ver Unibertsitatea.net, Zorrak ordaindu behar dira.

14Ver Unibertsitatea.net, Kreditu-ekonomia.

15Ver Unibertsitatea.net, Itun estrategiko baten bila.

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